
William McCrum, portero de un equipo de Irlanda del Norte, inventó en el año 1891 el fatídico penalti. Al inventarlo, seguramente advirtió la trampa escondida en el germen de aquel castigo: hoy te da alegrías, y al día siguiente te otorga tristezas, o viceversa. Que lo digan aquellas naciones que con un penal han ganado o perdido una final de una Copa del Mundo, y que lo confirmen aquellos jugadores que tuvieron en sus botas una Copa del Mundo, una Eurocopa o una Copa América; pero que la ruleta rusa no les favoreció. El penalti resucita a un jugador, de igual manera lo puede hundir.
Leo Messi tiene un 70% de acierto en penaltis convertidos en toda su carrera, un porcentaje que roza la excelencia. Con apenas 16 años, tuvo la madurez de decidir una final de una Copa del Mundo en Holanda, convirtiendo dos penaltis, para la selección Argentina, ante Nigeria. Ese fue el instante supremo en que caí rendido al genio futbolístico de la Pulga. Jamás lo olvidaré.
A la fecha, son contados los porteros que han tenido la suerte de detener un penal a Messi. Ni siquiera el mejor portero del mundo, Iker Casillas, ha podido adivinar las intenciones de La Pulga, cuando se para ante el punto de ejecución. El último héroe fue el portero Javi Varas del Sevilla, el pasado 22 de octubre. Antes del partido contra el Barsa, y antes de detenerle ese famoso penalti a Leo, Javi Varas era solamente el portero del Sevilla, que vino a sustituir a Palop. Hoy pasó a ser casi una leyenda. En verdad lo mereció. Si Messi anotaba ese penal, en el último suspiro del juego, habría quitado a Javi Varas de los titulares y de las portadas de todos los diarios de España. Pero habría sido una injusticia...
Yo creo que la actuación de Varas, en esa noche, fue la mejor actuación de un portero rival en el Camp Nou en toda la historia. Ese momento crucial donde Messi falla, y Varas adivina su zurdazo, equivale, en el precioso juego del béisbol, al instante soñado en que el lanzador estelar del equipo rival, tiene al equipo casa en blanco en la parte baja de la novena (cero hits, cero carreras), con conteo de dos outs, y estando en la caja de bateo, el mejor bateador del equipo casa y de toda la liga, con cuenta de tres bolas y dos strikes... es el último lanzamiento, concentración máxima de lanzador y bateador, el estadio completo casi sin respirar ni pestañear, los técnicos escondiendo el terror... el lanzador tira su mejor curva, ya con el brazo hecho jirones, y el tiro perfecto doblega al bateador, que se va con un swing completo a un milímetro de la pelotita, que queda apacible en el guante del catcher, como una snitch dorada. La noche de Varas fue equivalente a este momento sublime. Seguramente nunca volverá a repetir una jornada similar, pero los elogios recibidos esa noche, bien merecidos, lo marcarán para siempre. Enhorabuena.
La palabra inglesa penalty, en su acepción original, significa pena máxima o castigo que puede imponerse a una persona por una ofensa o crimen. Antes de ser utilizada en el fútbol, la palabra era exclusiva del ámbito legal o judicial. En consecuencia, penalty SIEMPRE representaba un castigo, única y exclusivamente para el convicto, acusado o criminal. En el fútbol, en cambio, el penalty puede llegar a convertirse en pena máxima tanto para el portero como para el ejecutante. Si el portero atrapa el tiro o el ejecutante tira la pelota afuera, el que sufre la pena máxima no es el portero, sino el ejecutante.
Cuando Varas detiene el penal a Messi, al final del juego, fue el rosarino quien recibió el castigo, castigo que trajo consigo consecuencias, por supuesto. Sin embargo, algunas de ellas fueron lógicas, y otras mera creación de un sector de la prensa vinculadas a lo que Guardiola llama Central Lechera. Las enumero a continuación:
- Javi Varas pasó de ser un portero poco conocido en España, a portero de clase mundial... sus búsquedas en Google pasaron de cientos de miles a millones.
- El Barsa perdió, provisionalmente, el liderato de la liga.
- El Real Madrid asumió el liderato de la liga por las siguientes 24 horas.
- Celebración en Madrid como si se tratara de la Décima; algunas personas hicieron intento de tirarse a la Cibeles.
- 24 horas después, el Levante asume el liderato en solitario de la liga, por primera vez en 102 años de historia.
- La prensa enemiga del Barsa y de Messi redactó artículos absurdos con títulos tan ridículos como: "El Messi de Argentina llegó al Barsa", "Messi: ¿el principio del fin?". Y no contentos con ello, desempolvaron el debate y las encuestas de todos los años: ¿Está el Real Madrid ya, igual o superior al Barsa?
- Messi, que podía quedar esa noche como pichichi en solitario, tuvo que compartir el liderato de goleo con Cristiano Ronaldo... otro de los grandes beneficiados del fallo de Leo o de la inspiración de Varas.
- El Camp Nou, en coro, cantó "Messi, Messi, Messi" después de que la Pulga fallara el penal. Ese calor y apoyo especial, el Camp No lo prodiga a cualquiera; lo tiene reservado solo para jugadores de la talla de Messi, Kruyff y Kubala...