En medio de una tormenta rabiosa, un avión trimotor de hélice, que traía a la plantilla del club de fútbol Torino, se estrelló contra el inmenso muro trasero de la Basílica de Superga, en las afueras de Turín. El equipo completo, más su cuerpo técnico, y los dirigentes del equipo perdieron la vida instantáneamente. Esa tragedia ocurrió el miércoles 4 de mayo de 1949, a las 17:05. De inmediato, el luto y el más profundo asombro se apoderaron de Turín, de toda Italia, y del mundo entero. El conjunto turinés había conquistado cinco scudettos consecutivos, y era considerado, en ese momento, el mejor equipo de Europa. Fue tal el impacto de la tragedia que el día del funeral, asistieron medio millón de personas a la plaza principal de Turín, para despedir a sus héroes deportivos.
La conmoción y el miedo se adueñaron de tal manera de Italia que cuando se celebró la copa Mundial de Fútbol en 1950, la selección azzurra se trasladó hasta Brasil en barco! Asimismo, no faltaron los gestos de solidaridad, como el que manifestó el club River Plate de Argentina, ofreciéndose a jugar un partido amistoso a beneficio de los familiares de los fallecidos. El partido, de enorme repercusión en toda Italia, y con un lleno monumental, se realizó el 26 de mayo de 1949, contra un combinado de la Serie A llamado Torino Simbolo. El equipo argentino iba encabezado por su principal estrella: Alfredo Di Stéfano.
Solo dos jugadores de fútbol evitaron el abrazo de la muerte, aquella tarde infernal. Uno fue Sauro Tomá, jugador del Torino, que tenía un menisco lesionado, por lo que no asistió al encuentro. El otro fue Ladislao Kubala. El genial jugador húngaro, considerado, hasta la fecha, el mejor jugador del FC Barcelona en su historia, estuvo a punto de fichar por el Torino, apenas unos días antes de la tragedia de Superga. Kubala jugaba, en ese entonces, en un club lleno de exiliados húngaros llamado Hungaria, donde él era la estrella indiscutible. De haber firmado por el Torino, Kubala habría viajado en aquel trimotor, que curiosamente, realizó su última escala en el aeropuerto de Barcelona. Poquito tiempo después de la tragedia, el club Hungaria recaló en la Ciudad Condal, donde Kubala fue visto por José Samiter, que de inmediato lo agregó a la plantilla blaugrana, a la vez que se frotaba las manos. Kubala tenía apenas 23 años. El Destino quiso que la estrella húngara no estampara la firma para el Torino, y en su lugar, se convirtiera en el más grande astro del equipo catalán, y en uno de los más grandes jugadores de todos los tiempos...
Kubala era un festejo endémico del barcelonismo. A su evidente atractivo personal que enloquecía a las mujeres, se sumaba su genialidad con el balón. El antiguo campo Les Corts se quedaba pequeño, para la multitud que llegaba a verlo todas las semanas. Debido a ello, el club se vio en la obligación de construir el estadio más grande de Europa: el Camp Nou. Kubala abría debates en las casas, en los bares, en las escuelas y a la salida de las misas; todos hablaban de la forma en que levantaba el brazo señalando el lugar preciso dónde pondría el balón; cuando estaba más rodeado de rivales, hacía los mejores pases que dejaban a todos con la boca abierta; Kubala regateaba dos y hasta tres jugadores a la vez, realizando slaloms imposibles; Kubala tenía un disparo letal; el arte de lanzar tiros libres y meterlos como con la mano fue un invento suyo; Kubala recibía palizas de sus rivales, impotentes, pero no se quejaba, porque su deleite era celebrar el gol. Ah... el gol, su más precioso territorio. Los metía de todo tipo, porque Kubala no parecía llegar al área desde oriente o poniente; parecía llegar en paracaídas. Kubala llegó a convertir 7 goles en un solo partido de liga, y solo falló un penal en toda su carrera!
La popularidad de Kubala era realmente extraordinaria. ¿Crees que Messi, Cristiano, Iniesta o Casillas son populares? Nadie lo duda. Pero Kubala, en su época, fue tanto o quizás más popular que ellos. Si no me crees, te dejo estas perlas (*):
- Su imagen aparecía en anu
- Casi por arte de magia surgieron, en las vitrinas de las tiendas, los Dulces y Chocolates Kubala, que los niños y grandes compraban por montón.
- “Silencio en la sala, que pasa Kubala”, repetían todos dentro y fuera del estadio.
- Fue tan encantadora su imagen y su historia que se realizó una película basada en su vida, especialmente de su huida de Hungría, cuando fue invadida por los soviéticos. El filme se titulaba “Los Ases Buscan La Paz”, dirigida por Arturo Ruiz Castillo , y protagonizada por el propio Kubala y por la bellísima Irán Eory..
De igual manera, participó en otra película junto a sus compañeros del Barça y de la selección española: Once pares de botas.
- Kubala fue el primer jugador en inspirar bailes y canciones:
“La Raspa la inventó,
Kubala con el balón.
Kubala pasa a César,
César pasa a Manchón (...)
César pasa a Kubala,
Kubala con el balón.
Kubala pasa a César,
César pasa a Manchón (...)
César pasa a Kubala,
Kubala chuta y gol”.
La vida de Kubala, sépanlo de una vez, no siempre fue marcada por la popularidad o por el éxito, también lo acosó la tragedia. Al inicio de la temporada del año 1952, enfermó de tuberculosis, y se temió seriamente por su vida. Cuando volvió, flaco y con la transparencia de papel de arroz, parecía que en el fútbol nada había ocurrido: el Barça conquistó la Liga y, luego la Copa. Aquel Barsa era un equipazo. Es bueno rebobinar el casete, para enterarnos de que antes del Pep Team, hubo otros equipos de sangre y fuego en el Barsa. El equipo de Ramallets, Seguer, Biosca, Segarra, Flotats, Bosch, Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón, es uno de los mejores equipos de todos los tiempos.
El Barsa no se cansaba de ganar y ganar, pero el Real Madrid ya estaba harto de perder. Similar a lo que ocurre ahora. Fue así como al enterarse los dirigentes blancos de que el Barsa había fichado un jugador rubio argentino comparable a Kubala (aunque esto parecía algo imposible), hicieron todo para que Alfredo Di Stefano no jugara en el FC Barcelona. Ese fue el momento del declive de aquel fabuloso Barsa, y el surgimiento del poderoso equipo blanco de Di Stefano. Adicionalmente, Kubala tuvo una lesión terrible en su rodilla, que condicionó su regreso, y ya nunca más volvió a ser el mismo jugador. Pese a ello, Kubala fue el mejor jugador del mundo, de 1951 a 1953.
"Jugaba de delantero centro, pero te salía por donde menos pensabas, hasta podías encontrarle en la defensa. Nunca he vuelto a ver un jugador que estuviese tanto en todas partes, movía a todo el equipo. La gente del Barça vivía en la gloria, hasta para los que no eran muy aficionados al balón, ver aquellos once tocando el balón, con Kubala como maestro de ceremonias, era un placer" nos cuenta el escritor catalán Josep Maria Ballarín. Y como su encanto sobrepasaba lo deportivo, Kubala era un tipo amado, querido, admirado. “Era la generosidad hecha persona” nos dice el padre del periodista Emilio Pérez de Rozas.
Pese al brillo estelar de Kubala, el Destino no quiso que se despidiera del barcelonismo y del fútbol con una Copa de Europa. En el año 1961, el Rey del continente era el Real Madrid, pero el Barsa lo derrotó en la segunda fase, conviertiéndose en el primer equipo que no perdió en Copa de Europa, en el Santiago Bernabéu. La final, disputada el 31 de mayo de 1961, en el estadio Wankdorf de Berna, fue entre el Barsa y el Benfica de Portugal. Era la primera final europea del equipo catalán, pero aunque ya el árbol era frondoso, su fruta aún no estaba madura, y no era posible recogerla aquella noche, aun cuando el Barsa tenía al gran Kubala. Los postes y la buena actuación del arquero portugués impidieron que el Barsa alzara el máximo trofeo de Europa. Aquel también fue el último partido que el húngaro jugó con el FC Barcelona. Una ingrata y triste despedida para uno de los más grandes jugadores de todos los tiempos.
Como jugador de selecciones, Kubala tiene todo un récord. Defendió la camiseta de tres selecciones diferentes: Hungría, Checoslovaquia y España. Debutó con la seleccion española, en un juego amistoso contra Argentina, en Buenos aires, el 5 de julio de 1953, con derrota 1 por 0.
Cuando se retiró, inició una larga etapa como entrenador, logrando dirigir al FC Barcelona, RCD Espanyol, Elche, Real Murcia, Córdoba, Málaga, Zúrich, Toronto City y Toronto Falcons.
Posteriormente, tuvo la inmensa fortuna de dirigir a la selección absoluta de España, durante 13 temporadas (entre 1969 y 1980), lo que representa el récord de permanencia en el cargo. Kubala fue entrenador del actual seleccionador de España, Vicente Del Bosque. Justo antes del Mundial de Argentina en 1978, Del Bosque tuvo una lesión del peroné, por lo cual Kubala se vio en la obligación de dejarlo fuera de ese mundial, que significó la primera corona de la selección argentina. También fue seleccionador de Arabia Saudita y de Paraguay.
Cierta vez, Kubala estuvo a poquísimos kilómetros de la casa de la familia Messi. Fue la noche del 14 de junio de 1995, cuando la selección de Paraguay, con Kubala como técnico, enfrentó un amistoso contra Argentina, en Rosario, la ciudad natal de Lionel. No sabemos si la Pulga asistió a ese partido, pero de lo que no hay duda es que él y toda su familia estuvieron pendientes del resultado. Argentina ganó por marcador de dos goles a uno. Kubala tenía 68 años. Messi apenas 10 añitos, ya era un genio del fútbol, y cursaba, con escaso gusto, el quinto grado en la escuela General Las Heras.
Messi nunca conoció a Kubala, y Kubala tampoco conocio a Messi. Lo que habrían disfrutado ambos admirándose mutuamente! Después de la muerte de Kubala, acaecida en el año 2002, la Federacion Catalana de Fútbol organizó la primera edición del torneo Memorial Ladislao Kubala. El torneo, disputado por los equipos juveniles del FC Barcelona, Espanyol, Villarreal y Valencia, tuvo al FC Barcelona como ganador. Messi, que acababa de cumplir 15 años, disputó los últimos 30 minutos de la final. La copa, ganada por los culés, les fue entregada a los hijos de Kubala (Carlos y Lazsi) en una emotiva ceremonia.
En toda su carrera, Kubala llegó a convertir la escalofriante suma de 194 goles en todas las competiciones, con la camiseta del Barsa. Era un goleador implacable, aunque esta faceta era apenas una de las muchas cualidades del húngaro. Otros podían convertir más goles que él, pero ÉL era el jugador total, y el buque insignia del barcelonismo. Por ejemplo, César Rodríguez, conocido como El Pelucas, es el dueño del récord histórico de goleo del Barsa, con 239 goles.

Han transcurrido 50 años desde que Kubala dejó de jugar para el FC Barcelona. En estos 50 años, hubo grandes jugadores llamados a suceder al húngaro en el imaginario culé, y coquetearon con su trono, jugadores de la talla de Cruyf, Maradona, Romario, Rivaldo, Guardiola, Ronaldinho, Laudrup, Stoichkov, etc. pero ninguno lo logró. Nadie lo ha alcanzado a la fecha, porque la estela dejada por Kubala es como la estela de un transbordador.
Sin embargo, el único que parece predestinado a alcanzarlo es Messi, por dos grandes razones. La primera, meramente deportiva: Messi es el jugador con más hitos alcanzados como estandarte culé. La segunda --con asidero en la psicología-- es el encanto. Decía R. L. Stevenson que La virtud, sin la cual todas las demás son inútiles, es el encanto. Si Messi mantiene la línea actual de logros y títulos colectivos e individuales, sin perder el encanto y las dulces nupcias con la afición culé, su destino será superar a Kubala. Para algunos, ya lo logró. Para mí no, porque Messi está apenas en el primer tercio de su carrera, y aún tiene muchos retos por superar. Por el momento, alcanzó a Kubala en la cantidad de goles: el 15 de octubre de 2011, contra el Racing de Santander, Leo alcanzó la cantidad de 195 goles, con lo cual superó la cifra goleadora del genio húngaro.
Para eclipsar a Kubala se requiere mucho más que alcanzar o superar su cifra de goles. Por el momento, todos los que emprendieron la casi absurda carrera para llegar a Kubala, la perdieron. En dicha carrera, solo quedó Messi, ya sin adversarios, totalmente dueño de su destino. La salud y el buen juicio deberán acompañarlo hasta el final, porque el talento nunca lo abandonará. Cuando Messi logre eclipsar a Kubala, merecerá una estatua a la entrada del Camp Nou, o mejor aún: merecerá que el barcelonismo le construya el Camp Nou del siglo XXI, para celebrar al heredero de Kubala...

Finalmente, les comparto este impactante vídeo (en italiano) de la Tragedia de Superga:
Enlaces recomendados:
http://grandesaccidentesaereos.blogspot.com/2011/05/torino-campioni-la-tragedia-de-superga.html
http://www.kubalacybermuseum.blogspot.com
http://www.elpais.com/articulo/deportes/DUNAI/KUBALA/_LADISLAO/MURCIA_/CLUB_DE_FUTBOL/hungaro/Dunai/sustituye/Kubala/Murcia/elpepidep/19870102elpepidep_10/Tes
http://helenasubirats.blogspot.com/2011/09/el-dia-en-que-conoci-kubala.html
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(*) Albert Suñé: Laszi Kubala, en Barça, Revista Oficial del FC Barcelona, No. 37.