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sábado, 21 de mayo de 2011

ALGO DE MATEMÁTICAS ANTES DE WEMBLEY

Estimado amigo lector, este es mi último artículo antes de la final de la Champions League, en Wembley, el próximo sábado. Confío (y deseo fervientemente) que Messi y el Barsa regresen a Barcelona con la cuarta orejona. Si así fuera, todo el mundo culé a Canaletas, sean físicas o mentales. Si no ocurriera así, tendremos que cargar el luto de la derrota; pero que sea breve, porque hay que prepararnos para acompañar a Leo a la Copa América... la historia no descansa!



No sólo arquitectos, ingenieros, doctores y recaudadores de impuestos; sino también poetas, trapecistas y toreros han pasado alguna etapa de su vida quemándose las pestañas ante el famoso Teorema de Pitágoras. A algunos de ellos, el Teorema los ha colmado de riquezas y hasta les ha salvado la vida; a otros, en cambio, les ha causado dolorosos traumas. «Todo es número», preconizaba la famosa escuela pitagórica 500 años antes de Cristo. Y como no queremos contradecir en este blog al sabio matemático de Samos, hemos decidido hacerle caso, analizando los fríos números que dejaron los cuatro encuentros entre el Real Madrid y el FC Barcelona. Como realizar un análisis profundo de esos encuentros sería interminable y ocuparíamos la ayuda de expertos, hemos decidido concentrarnos solo en los números de sus dos máximas estrellas: Messi y Cristiano.

Partimos de un cuadro comparativo, cuyo conteni
do está basado en datos de cuatro fuentes: ESPN, MARCA, DATAFACTORY, y yo mismo.


Si la imagen resulta borrosa, no se preocupen; solo tienen que hacer click en él, y tendrán a su disposición una imagen completa, en mayor resolución. De todos modos, acá van mis comentarios, al cuadro:

1- En la primera columna se incluyen todos los indicadores analizados (en la parte inferior del cuadro se explican las siglas).

2- Las siguientes cuatro columnas contienen los valores de los cuatro encuentros, en orden cronológico.

3- La quinta columna (para cada jugador) contiene el total de todos los indicadores analizados.

4- La última columna del cuadro --a la derecha de los datos de Cristiano Ronaldo-- muestra cuál de los dos jugadores resultó mejor en los diferentes indicadores. En este caso, Messi resultó mejor en 7 de los 11 indicadores relevantes (63%); mientras que Cristiano ganó en 3 de los 11 (27%), y hubo dos empates.

5- Asimismo, la última fila del cuadro indica el mejor (en forma global) de cada partido. El primer partido da un empate; el segundo es para Cristiano, porque fue determinante para que su equipo alzara la Copa del Rey; el tercero es para Messi porque fue determinante para que su equipo ganara el primer partido de la semifinal de la Champions, y el cuarto es también para Messi, porque aunque no convirtió, se prodigó por igual en ataque y en defensa, para que su equipo saliera airoso.

6- Análisis específico de cada indicador (sumando los cuatro partidos):
  • Goles: ganador Messi (3 contra 2),
  • % de efectividad de disparos: ganador Messi (con un promedio ponderado de 54% contra 37%).
  • Implicación en faltas: ganador Messi (la cantidad de faltas recibidas y faltas cometidas es un claro indicador de cuán involucrado está el jugador en el juego defensivo y ofensivo de su equipo). En ambos factores, Messi resulta más decisivo que Ronaldo, porque cometió 13 faltas contra 4 de Ronaldo, y recibió 19 faltas (11 de ellas en el último partido) contra 10 de Ronaldo.
  • Tarjetas provocadas : ganador Messi (este es un indicador sumamente importante del del trabajo defensivo, Messi aprovechó mejor que Ronaldo su condición de jugador desequilibrante, para provocar 7 tarjetas de jugadores blancos, incluyendo una tarjeta roja; Cristiano, por su parte, provocó solamente 1 tarjeta amarilla en los cuatro juegos, justamente en la final de la Copa del Rey).
  • Tarjetas recibidas: ganador Ronaldo. Messi recibió una tarjeta de amonestación. Ronaldo se cuidó de ello en los cuatro partidos, y no fue amonestado.
  • Penalties convertidos: empate. Un penalty para cada uno.
  • Tiros Libres: ganador Ronaldo. Ejecutó un total de 5 tiros libres; ninguno de ellos dentro de los tres palos.
  • Asistencias: empate. Ninguno de los dos logró dar una asistencia de gol a algún compañero.
  • Asistencias No Convertidas: ganador Messi. Un indicador sumamente importante que rara vez se analiza, pero que es casi tan importante como el anterior. Se trata de asistencias perfectas que provocan una clara ocasión de gol para su equipo, pero que su compañero no logra cristalizar, sea por error propio, o por virtud del arquero rival. En los cuatro partidos, Messi dio 8 asistencias claras de gol a sus compañeros; Cristiano una.
  • Balones recuperados: ganador Messi. Otro de los aspectos en que Messi destaca... es un excelente recuperador de balones para su equipo. En estos cuatro clásicos recuperó un total de 14 balones, contra 9 de Ronaldo.
  • Balones perdidos: ganador Ronaldo. En este aspecto, gana Ronaldo, porque perdió menos balones que Messi (17 contra 31 de Messi). Buena parte de que Messi perdiera tantos balones se debe a la férrea --y efectiva-- marca por parte de los mediocentros y defensas del Real Madrid.
  • Efectividad de Pases: ganador Messi. Este indicador se obtiene de dividir los pases correctos entre el total de pases realizados. Messi obtiene mucha ventaja sobre Ronaldo, porque su juego está inmerso en el juego de conjunto del Barsa. Se debe aclarar que el porcentaje es un promedio ponderado de los % de los tres últimos juegos, puesto que no pudimos obtener esos datos para el primer juego.

Las conclusiones de este post corren por cuenta de ustedes mis amig@s lectores...

lunes, 16 de mayo de 2011

LORCA Y EL PULPO


LORCA

Lorca
lleva el germen de la desgracia, pero también el de la inmortalidad. Su nombre lo sabíamos por el atormentado poeta andaluz, que nos hizo querer tanto a la luna como a los gitanos. Desconocíamos, empero, mucho de la geografía española, como para saber de un pueblito llamado Lorca, en la Región de Murcia, al sur de la Península. Lo supimos, de pronto, porque el pasado 12 de mayo, el planeta hizo una pequeña arruguita en esa región, provocando 10 muertos y dejando más de 40 000 damnificados.

Como casi siempre ocurre en estos casos, los seres humanos sacamos a relucir lo mejor del alma al solidarizarnos con las víctimas. El mismo día que el FC Barcelona obtuvo su tercera liga al hilo, el ayuntamiento de Lorca estaba destrozado y deprimido; no faltaron homenajes y palabras emotivas hacia los lorquinos, durante la celebración, en el Camp Nou. Y en el bando de enfrente, el Real Madrid también se ha solidarizado con las víctimas; por ello este miércoles irán sus jugadores a visitar el barrrio la Viña de Lorca.

La desgracia ajena nos une. En esos duros momentos, no hay lugar para sentimientos xenófobos o racistas que mancillen la vereda por donde transita la fraternidad. Todos se rascan su bolsillo en las teletones y, envían, aunque sea, una caja de leche. No importa el lugar ni condición del país devastado. Hace poco más de un año, Casillas y Messi dieron un paso al frente por Haití, uno de los países más pobres y olvidados de la Tierra; y recientemente, casi todos dieron un paso al frente por Japón, uno de los países más ricos de la Tierra. El día de mañana, cuando se ocupe, lo mismo harán por Irak, Afganistán, Australia o Malasia. Cuando el Planeta se enfurruña hiriendo un territorio, por más lejano que sea, todos volvemos a ser hermanos, abundan el pan y los pañales para donar, y de pronto, se nos resbala una lágrima.

Pero, en un abrir y cerrar de ojos, todo cambia, cuando en nuestro país o comunidad, nos relacionamos con UN musulmán, UN marroquí, UN cubano, UN africano, UN nica, UN brasileño, UN español, UN palestino, UN judío, o UN murciano. Tenemos que tomar precauciones para que no se nos pegue una urticaria o nos vean hablando con ellos, porque seremos "sospechosos". España es uno de los más bellos países de la Tierra, pero muchos de sus habitantes llevan en su génesis la desconfianza --y a menudo el desprecio-- hacia el otro. Ellos mismos tienen una frase abyecta, llena de desprecio a los murcianos (esos mismos que habitan Lorca): Mejor marrano que Murciano... Pero no solo en España se experimenta el odio hacia los otros (o hacia sus propios compatriotas). También en Ghana, en Kenia, en Inglaterra, en Italia (En el libro Yo Soy el Diego, Maradona nos narra, de manera descarnada el odio racial del que fue testigo, en su etapa en el Nápoles, donde los napolitanos eran recibidos en Verona con una enorme bandera que rezaba: Bienvenidos a Italia...).

La FIFA y la UEFA han hecho ingentes esfuerzos por erradicar los cantos y actos racistas o xenófobos en los estadios. Probablemente han obtenido ciertas mejoras; pero no se ha extirpado el tumor, porque el futbol está impregnado de nacionalismo. Recordemos que el fútbol es un sucedáneo moderno de las guerras. Allí, salen a relucir sentimientos de acendrado peligro. Uno piensa que solo se trata de un juego y que hasta los insultos sobran. Sin embargo, la realidad es muy diferente. En ese rectángulo verde y en las gradas circundantes ocurren tensiones terribles, insultos procaces, amenazas soberbias, que ante el menor abuso o error (de un jugador o del juez) encienden hogueras gigantes, que ningún bombero puede aplacar. En Centroamérica se suscitó una guerra a causa de un partido de fútbol, entre Honduras y El Salvador!

Es una lástima que los mismos líderes y entrenadores, muchas veces, concitan a la violencia. No quiero echar más sal a la herida, porque ciertamente llegó la hora de pasar la página; pero es incuestionable que el discurso incendiario de Mourinho, antes y durante los cuatro clásicos, patrocinó, en muy buena medida, el execrable canto de: ESE PORTUGUÉS, HP ES... y su antípoda madrileña: VICTOR VALDÉS, HP ES... Mourinho ordenó cavar trincheras, y lamentablemente, desde Madrid siguen abriéndolas después de terminada la guerra. En ese sinsentido, los jugadores de ambos equipos se hirieron más allá de lo normal, con la pelota en disputa o sin ella. Los jugadores del Barsa probablemente hicieron más teatro de lo necesario, y algunos explotaron de manera inusitada ante la provocación y la frustración --como le ocurrió a Messi en el Bernabéu. Pero fue Mourinho quien preparó a sus jugadores para una cruzada, con armas temerarias. Por ello, es comprensible que tuvieran bajas. Buscaron a Messi sin misericordia (recibió 19 faltas en los 4 partidos!), porque su consigna era anularlo por lo civil o por lo criminal, y dejarlo inservible.

EL PULPO

Hay jugadores de fútbol (aplica también en otras disciplinas), con la inmensa suerte de estar en el lugar y momentos justos, para alcanzar la gloria. No es este el caso de Sergio Busquets Burgos, a quien apodan El Pulpo, porque parece tener tentáculos, para detener a sus adversarios y para multiplicarse en el medio del campo. A mí me gustaría más que lo llamaran El Cartero, porque recibe y entrega con diligencia y rapidez, como pocos. En su caso, ha alcanzado la gloria, sin que medie la suerte, la influencia de un presidente o la complicidad de un técnico. Nada de eso.

Sergio debutó en el primer equipo del FC Barcelona el 13 de septiembre de 2008 --con escasos 20 años de edad. En este corto ciclo, Sergio contribuyó enormemente a sus equipos (Barsa y la Selección Absoluta de España) para obtener logros sin precedentes. Desde entonces, debutó con la selección sub 21 de España, debutó con la selección mayor de España, disputó la copa Confederaciones, obtuvo 6 títulos del futbol Español, incluyendo una Copa del Rey y dos supercopas de España; obtuvo 4 copas internacionales, y una Copa del Mundo con la Selección Mayor de España. Todo este enorme paquete de títulos y triunfos en un lapso de apenas 32 meses!!! Una completa barbaridad. No voy a expresar lo que todo el mundo sabe de la calidad de juego de Sergio. Todos los elogios y ponderaciones quedarán cortos o serán repetitivos. Sobra decir que es uno de los jugadores que más admiro del Barsa y de España.

Sin embargo, una de las más ostensibles secuelas de los 4 clásicos fue la acusación de racismo, en su contra, planteada por el Real Madrid ante la UEFA, procurando con ello una sanción ejemplar para el badiense. Para mí, al igual que para muchos, la acusación fue insólita, por dos razones: si era una acusación fundada, entonces la admiración hacia Sergio se vería encarcelada en una mazmorra. Si la acusación resultaba infundada, todos los culés felices y el sol brillando, para rabia de la Casa Blanca. El asunto no es menor en ningún sentido.

El racismo es abominable. Se puede reprobar a un jugador como Marcelo por efectista y ladino; pero no por su juego, cuya calidad es incuestionable, y mucho menos por el color de su piel o por su altiva mata de pelo. La fuerza con que un culé debe combatir a Marcelo debe ser idéntica a la fuerza con que contienda con Ramos o con Casillas (por mencionar a dos jugadores españoles de piel blanca), porque solo se trata de un juego donde los actores son, obligatoriamente, de muchas razas y países. El talento para jugar al fútbol, la naturaleza lo reparte más o menos igual, sin importar detalles tan poco relevantes como la coloración de la piel. Cuando el partido finaliza, todo debe acabar. Los jugadores deberían ser capaces, siempre, de coronar el juego con abrazos sinceros. Pero como el fútbol es un juego de contacto, en el fragor de la lucha los jugadores se exceden. Y más aún en estos cuatro clásicos, donde ocurrieron tantos desatinos y excesos.

No sabemos realmente lo que ocurrió entre Sergio y Marcelo. En el vídeo sacado con pinzas por el Real Madrid es totalmente claro que Sergio pretende ofender a Marcelo; pero nadie --excepto ellos-- puede estar seguro de lo que se dicen. Y digo dicen (así en plural), porque solo captamos a Busquets profiriendo, sotto voce, su ofensa; pero no podemos advertir lo que Marcelo le dice a Busquets. No sabemos si Busquets responde a una ofensa inicial de Marcelo, que está de espaldas en el vídeo, ni tampoco sabemos quién y porqué emprendió la discordia. Son demasiados interrogantes, como para pretender culpar a Busquets de un acto ilícito, que no hay manera de demostrar. Es posible que durante el juego ambos se dijeran cosas mucho peores que Mono o Morro...

Ahora bien, toda ofensa necesariamente pretende desacreditar al otro, reafirmando estereotipos raciales, sexistas, xenofóbicos y hasta religiosos. Pero por un insulto de esta índole, en el fragor del choque, no podemos afirmar que un jugador sea SIEMPRE racista o xenófobo, o que incite a la violencia contra las minorías. Por supuesto que durante un partido sería mucho mejor si no hubiera ofensas en el terreno de juego, ni en las gradas, ni en los bares o en las casas. Pero eso sería imposible. En el caso de Marcelo y Busquets, ambos conviven, desde su infancia, con compañeros y amigos de distintas etnias y países, y mantienen una relación afectuosa con todos ellos. ¿Quién puede dudar que Busquets quiera y admire entrañablemente a Daniel Alves (tan brasileño y tan morocho como Marcelo)?, y en contraposición, ¿Cómo creen ustedes que Dani Alves pueda querer y admirar a un tipo como Busquets si fuera este un palmario racista? Nadie en el vestuario catalán avalaría insultos (un día sí y otro también) de uno de sus jugadores contra otras personas por su color de piel, como estoy seguro que en Madrid tampoco aceptarían convivir con un colega que rechace a otros por el mismo motivo...

Lo que no es admisible es que el Real Madrid, espoleado por la filosofía de "afrenta perenne" en que se mueve su técnico, se aferre a estas denuncias, con el único propósito de que el Barsa llegue disminuido a Wembley. Por el momento, no han dado frutos, gracias a la sensatez de la UEFA; pero lo peor de todo es que esa filosofía de "afrenta perenne" ha llegado para enseñorearse en la Casa Blanca de Madrid... Todo el mundo está advertido. Lo peor que pueden hacer en Barcelona es responder golpe con golpe...

Finalmente, es hora de que abandonemos tanto estrépito, y hagamos algo por recuperar la compostura. Para estimularnos todos, les comparto esta joya lorquiana --del otro Lorca--, en la voz de Ana Belén y con música de Serrat. Buenas noches amigos y amigas. Gracias por leerme: