
LORCA
Lorca lleva el germen de la desgracia, pero también el de la inmortalidad. Su nombre lo sabíamos por el atormentado poeta andaluz, que nos hizo querer tanto a la luna como a los gitanos. Desconocíamos, empero, mucho de la geografía española, como para saber de un pueblito llamado Lorca, en la Región de Murcia, al sur de la Península. Lo supimos, de pronto, porque el pasado 12 de mayo, el planeta hizo una pequeña arruguita en esa región, provocando 10 muertos y dejando más de 40 000 damnificados.
Como casi siempre ocurre en estos casos, los seres humanos sacamos a relucir lo mejor del alma al solidarizarnos con las víctimas. El mismo día que el FC Barcelona obtuvo su tercera liga al hilo, el ayuntamiento de Lorca estaba destrozado y deprimido; no faltaron homenajes y palabras emotivas hacia los lorquinos, durante la celebración, en el Camp Nou. Y en el bando de enfrente, el Real Madrid también se ha solidarizado con las víctimas; por ello este miércoles irán sus jugadores a visitar el barrrio la Viña de Lorca.
La desgracia ajena nos une. En esos duros momentos, no hay lugar para sentimientos xenófobos o racistas que mancillen la vereda por donde transita la fraternidad. Todos se rascan su bolsillo en las teletones y, envían, aunque sea, una caja de leche. No importa el lugar ni condición del país devastado. Hace poco más de un año, Casillas y Messi dieron un paso al frente por Haití, uno de los países más pobres y olvidados de la Tierra; y recientemente, casi todos dieron un paso al frente por Japón, uno de los países más ricos de la Tierra. El día de mañana, cuando se ocupe, lo mismo harán por Irak, Afganistán, Australia o Malasia. Cuando el Planeta se enfurruña hiriendo un territorio, por más lejano que sea, todos volvemos a ser hermanos, abundan el pan y los pañales para donar, y de pronto, se nos resbala una lágrima.
Pero, en un abrir y cerrar de ojos, todo cambia, cuando en nuestro país o comunidad, nos relacionamos con UN musulmán, UN marroquí, UN cubano, UN africano, UN nica, UN brasileño, UN español, UN palestino, UN judío, o UN murciano. Tenemos que tomar precauciones para que no se nos pegue una urticaria o nos vean hablando con ellos, porque seremos "sospechosos". España es uno de los más bellos países de la Tierra, pero muchos de sus habitantes llevan en su génesis la desconfianza --y a menudo el desprecio-- hacia el otro. Ellos mismos tienen una frase abyecta, llena de desprecio a los murcianos (esos mismos que habitan Lorca): Mejor marrano que Murciano... Pero no solo en España se experimenta el odio hacia los otros (o hacia sus propios compatriotas). También en Ghana, en Kenia, en Inglaterra, en Italia (En el libro Yo Soy el Diego, Maradona nos narra, de manera descarnada el odio racial del que fue testigo, en su etapa en el Nápoles, donde los napolitanos eran recibidos en Verona con una enorme bandera que rezaba: Bienvenidos a Italia...).
La FIFA y la UEFA han hecho ingentes esfuerzos por erradicar los cantos y actos racistas o xenófobos en los estadios. Probablemente han obtenido ciertas mejoras; pero no se ha extirpado el tumor, porque el futbol está impregnado de nacionalismo. Recordemos que el fútbol es un sucedáneo moderno de las guerras. Allí, salen a relucir sentimientos de acendrado peligro. Uno piensa que solo se trata de un juego y que hasta los insultos sobran. Sin embargo, la realidad es muy diferente. En ese rectángulo verde y en las gradas circundantes ocurren tensiones terribles, insultos procaces, amenazas soberbias, que ante el menor abuso o error (de un jugador o del juez) encienden hogueras gigantes, que ningún bombero puede aplacar. En Centroamérica se suscitó una guerra a causa de un partido de fútbol, entre Honduras y El Salvador!
Es una lástima que los mismos líderes y entrenadores, muchas veces, concitan a la violencia. No quiero echar más sal a la herida, porque ciertamente llegó la hora de pasar la página; pero es incuestionable que el discurso incendiario de Mourinho, antes y durante los cuatro clásicos, patrocinó, en muy buena medida, el execrable canto de: ESE PORTUGUÉS, HP ES... y su antípoda madrileña: VICTOR VALDÉS, HP ES... Mourinho ordenó cavar trincheras, y lamentablemente, desde Madrid siguen abriéndolas después de terminada la guerra. En ese sinsentido, los jugadores de ambos equipos se hirieron más allá de lo normal, con la pelota en disputa o sin ella. Los jugadores del Barsa probablemente hicieron más teatro de lo necesario, y algunos explotaron de manera inusitada ante la provocación y la frustración --como le ocurrió a Messi en el Bernabéu. Pero fue Mourinho quien preparó a sus jugadores para una cruzada, con armas temerarias. Por ello, es comprensible que tuvieran bajas. Buscaron a Messi sin misericordia (recibió 19 faltas en los 4 partidos!), porque su consigna era anularlo por lo civil o por lo criminal, y dejarlo inservible.
EL PULPO
Hay jugadores de fútbol (aplica también en otras disciplinas), con la inmensa suerte de estar en el lugar y momentos justos, para alcanzar la gloria. No es este el caso de Sergio Busquets Burgos, a quien apodan El Pulpo, porque parece tener tentáculos, para detener a sus adversarios y para multiplicarse en el medio del campo. A mí me gustaría más que lo llamaran El Cartero, porque recibe y entrega con diligencia y rapidez, como pocos. En su caso, ha alcanzado la gloria, sin que medie la suerte, la influencia de un presidente o la complicidad de un técnico. Nada de eso.
Sergio debutó en el primer equipo del FC Barcelona el 13 de septiembre de 2008 --con escasos 20 años de edad. En este corto ciclo, Sergio contribuyó enormemente a sus equipos (Barsa y la Selección Absoluta de España) para obtener logros sin precedentes. Desde entonces, debutó con la selección sub 21 de España, debutó con la selección mayor de España, disputó la copa Confederaciones, obtuvo 6 títulos del futbol Español, incluyendo una Copa del Rey y dos supercopas de España; obtuvo 4 copas internacionales, y una Copa del Mundo con la Selección Mayor de España. Todo este enorme paquete de títulos y triunfos en un lapso de apenas 32 meses!!! Una completa barbaridad. No voy a expresar lo que todo el mundo sabe de la calidad de juego de Sergio. Todos los elogios y ponderaciones quedarán cortos o serán repetitivos. Sobra decir que es uno de los jugadores que más admiro del Barsa y de España.
Sin embargo, una de las más ostensibles secuelas de los 4 clásicos fue la acusación de racismo, en su contra, planteada por el Real Madrid ante la UEFA, procurando con ello una sanción ejemplar para el badiense. Para mí, al igual que para muchos, la acusación fue insólita, por dos razones: si era una acusación fundada, entonces la admiración hacia Sergio se vería encarcelada en una mazmorra. Si la acusación resultaba infundada, todos los culés felices y el sol brillando, para rabia de la Casa Blanca. El asunto no es menor en ningún sentido.
El racismo es abominable. Se puede reprobar a un jugador como Marcelo por efectista y ladino; pero no por su juego, cuya calidad es incuestionable, y mucho menos por el color de su piel o por su altiva mata de pelo. La fuerza con que un culé debe combatir a Marcelo debe ser idéntica a la fuerza con que contienda con Ramos o con Casillas (por mencionar a dos jugadores españoles de piel blanca), porque solo se trata de un juego donde los actores son, obligatoriamente, de muchas razas y países. El talento para jugar al fútbol, la naturaleza lo reparte más o menos igual, sin importar detalles tan poco relevantes como la coloración de la piel. Cuando el partido finaliza, todo debe acabar. Los jugadores deberían ser capaces, siempre, de coronar el juego con abrazos sinceros. Pero como el fútbol es un juego de contacto, en el fragor de la lucha los jugadores se exceden. Y más aún en estos cuatro clásicos, donde ocurrieron tantos desatinos y excesos.
No sabemos realmente lo que ocurrió entre Sergio y Marcelo. En el vídeo sacado con pinzas por el Real Madrid es totalmente claro que Sergio pretende ofender a Marcelo; pero nadie --excepto ellos-- puede estar seguro de lo que se dicen. Y digo dicen (así en plural), porque solo captamos a Busquets profiriendo, sotto voce, su ofensa; pero no podemos advertir lo que Marcelo le dice a Busquets. No sabemos si Busquets responde a una ofensa inicial de Marcelo, que está de espaldas en el vídeo, ni tampoco sabemos quién y porqué emprendió la discordia. Son demasiados interrogantes, como para pretender culpar a Busquets de un acto ilícito, que no hay manera de demostrar. Es posible que durante el juego ambos se dijeran cosas mucho peores que Mono o Morro...
Ahora bien, toda ofensa nece

Lo que no es admisible es que el Real Madrid, espoleado por la filosofía de "afrenta perenne" en que se mueve su técnico, se aferre a estas denuncias, con el único propósito de que el Barsa llegue disminuido a Wembley. Por el momento, no han dado frutos, gracias a la sensatez de la UEFA; pero lo peor de todo es que esa filosofía de "afrenta perenne" ha llegado para enseñorearse en la Casa Blanca de Madrid... Todo el mundo está advertido. Lo peor que pueden hacer en Barcelona es responder golpe con golpe...
Finalmente, es hora de que abandonemos tanto estrépito, y hagamos algo por recuperar la compostura. Para estimularnos todos, les comparto esta joya lorquiana --del otro Lorca--, en la voz de Ana Belén y con música de Serrat. Buenas noches amigos y amigas. Gracias por leerme:
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