
Cuando alguien asume responsabilidad de algo, gana la confianza de los demás. Mucha o poca, pero la gana. La noche en que la Argentina de Messi doblegó a la Portugal de Ronaldo, lo mejor de la noche no fue que Leo le ganara a Ronaldo, sino la actitud madura de Leo, dentro y fuera de la cancha. Leo asumió su responsabilidad y ganó la confianza de millones. Fueron impactantes sus declaraciones a la prensa. Pareció el real capitán de la Selección sin serlo aún, porque tarde o temprano lo será.
Fue impresionante como Leo se prodigó aun cuando ya Batista había difuminado el equipo inicial, para incorporar valores nuevos. Gran acierto del Checho, aunque eso constituyera una marcha lenta al equipo. Pero el resultado fue excelente. Claro que hay que reconocer que el triunfo estaba para cualquiera de los dos equipos. Ambos hicieron exactamente los mismos méritos para ganar o para perder. La hora en que estuvo Ronaldo en el campo todo fue diferente para Portugal. Es un jugador grandioso. Su gol fue un gol de oportunista consumado, pero su participación en el juego ofensivo lusitano fue notoria. Yo digo que al momento de su salida, el duelo con Messi estaba empatado o ligeramente a favor del lusitano. Pero Leo se quedó en la cancha, y sabemos todo lo que puede pasar mientras él esté en el terreno de juego.
Para mí fue un partido maravilloso. Con grandes --grandísimos-- desaciertos de ambos equipos, pero también con grandes jugadas. Para mí el mejor de Portugal fue Nani -- un prodigio-- y en la celeste, Messi, que con su madurez y con su entrega ha ido ganando, poco a poco, el corazón de los argentinos. Estoy seguro que jugando como lo está haciendo, llegará a la capitanía antes del 2012. De la selección argentina sigue preocupando la defensa; con sus habituales o sin ellos, la defensa es frágil. Debe haber ajustes fuertes para enfrentar la Copa América, porque hay grandes carencias en esa zona. Apunte y subraye, amigo Checho.
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